Liverpool vs Arsenal: Un partido que cambió la historia

Planteamos en el Módulo de Coaching dentro del Experto en Entrenador de Fútbol si perder, ¿puede ser bueno para el equipo?. No tenemos duda que todo entrenador debe saber gestionar la victoria, pero más importante si cabe es procurar estímulos ante la derrota, especialmente en equipos no habituados a ella.

En la década de los 80 un equipo destacó sobremanera por encima del resto y no fue otro que el Liverpool F.C, no solo en Inglaterra sino en toda Europa. Bien es cierto, que este ciclo comienza la temporada 72/73 hasta la 88/89 donde el Liverpool es campeón 10 veces en la Premier, consigue 4 copas de Europa y dos Copas de la UEFA entre otros títulos. Un palmarés envidiable en un periodo de dominio de casi dos décadas.

Pero todo eso cambia al llegar la temporada 88/89. Tras ganar la Copa y sufrir la Tragedia de Hillsborough la Premier llegó a la última jornada con Arsenal y Liverpool empatados a puntos. Un partido que ha quedado para la historia del fútbol, no solo por su resolución final sino también por lo que supuso desde ese momento para las retransmisiones y los derechos de imagen deportivos.

El destino hizo que estos dos equipos se tuvieran que enfrentar en la última jornada en Anfield y donde el Arsenal debía ganar por una diferencia de dos goles para proclamarse Campeón. Parecía “hecho” para los invencibles reds.

Y así fue hasta el descanso al que se llega con empate a cero. Pero en la reanudación el fútbol quiso dar un final inesperado a una historia que parecía escrita de antemano.

El Arsenal fue campeón de la Premier marcando su segundo gol por medio de Michael Thomas en el minuto 92 para tristeza de los aficionados que ya celebraban un nuevo campeonato en las gradas. Para muchos este fue el partido que cambió la historia del Liverpool FC, el que acabó con su periodo ganador aunque un año después volviese a ganar su última Premier.

 

Otros partidos quedan en el recuerdo con un final similar como la famosa Champions de la temporada 1998/1999 disputada entre el Bayern y el Manchester en Barcelona pero quizás ninguno como el comentado entre Liverpool y Arsenal haya marcado tanto la historia de un equipo.

Como señalan Alexandre García Mas y Claudia A. Rivas Garza en “Veinte maneras de motivar a un equipo”, Cuadernos de Psicología del Deporte, 2001, Vol. 1, nº 1, en un momento específico las derrotas pueden ser tratadas por el entrenador como desarrollo y mejora del equipo; primero porque estas son inevitables, forman parte del juego y el primero en aceptarlas debe ser el propio entrenador.

El entrenador debe diferenciar las derrotas controlables (debidas a decisiones tácticas, nivel físico o técnico del equipo) de las incontrolables o difícilmente controlables (por el azar o el propio nivel del rival). Confundir unas u otras puede suponer tomar decisiones erróneas que pueden ir en detrimento del equipo.

¿Se puede extraer un sentido positivo a las derrotas?. Sí, como señalan los propios autores, las derrotas pueden servirnos para:

• Aprender cuánto dependemos unos de otros. Comprender que el que pierde es el equipo no cada jugador, y entrenador, de forma individual
• Consecuencia de lo anterior, podemos aprender cuánto nos necesitamos unos a otros, tanto jugadores con jugadores, como jugadores con entrenador
• Convertir una derrota en un reto positivo

Volvamos a recordar al Bayern Munich. Un equipo habituado a ganar, construido para ello, que en la temporada 2011/2012 no gana ningún título, segundo en la Bundelisga, perdiendo, además, la final de Champions ante el Chelsea en su propio estadio. Es claro, que Jupp Heynckes, (y también el club apostando por el mismo proyecto, entrenador y jugadores a pesar de los resultados) supo leer, tratar y transformar esas derrotas, creando un reto positivo, hasta convertir al Bayern en el equipo que maravilló a todos una temporada