EL DESCANSO :Parte fundamental del entrenamiento deportivo
Cuando hablamos de deporte automáticamente lo relacionamos con actividad física, cansancio, dar todo de uno mismo, trabajo en equipo, tenis, fútbol… Encontramos consejos sobre cuál debe ser la alimentación de un deportista, sobre cómo llevar a cabo el entrenamiento, incluso, qué indumentaria debe ser las más adecuada, pero poco se habla del descanso del deportista.
¿Por qué nunca pensamos en DESCANSO antes y después de practicar deporte? Sin duda, esto último está directamente relacionado con esta disciplina, ya que de no descansar adecuadamente, no se podría alcanzar un pleno rendimiento físico.
El cuerpo se recarga de energía durante la noche. Mientras dormimos, nuestro cuerpo se regenera y nos preparamos para afrontar la actividad del día siguiente.
Durante el sueño suceden circunstancias cruciales para el cuerpo humano. De entre ellas destacamos:
- Fortalecimiento del sistema inmunitario.
- Aumento el riego sanguíneo en los músculos y las articulaciones, se liberan de las tensiones del día a día.
- La respiración es más lenta, lo que hace que se oxigenen todas las células y las prepara para el esfuerzo del día siguiente.
- Los procesos mentales se ordenan, sobre todo los relacionados con recordar y asociar.
- Se regenera el líquido intervertebral, necesario para la flexibilidad de la columna.
- Rutinas: Es conveniente marcar un horario más o menos fijo para acostarse y levantarse.
- No robar tiempo al sueño: Se recomienda dormir en torno a 8 horas diarias.
- Evitar los estimulantes: Después de las 18 h evitar café, té, chocolate, colas, etc.
- Siestas: Una sana costumbre española. Con 30 minutos es suficiente, siestas más largas de este período pueden hacer que nos levantemos desorientados y perjudican la conciliación del sueño nocturno.
- Interrumpir actividades físicas y mentales antes de dormir: Detener el entrenamiento dos horas antes de ir a dormir y tomar una relajante ducha.
- Evitar acostarse oyendo la radio o viendo la televisión.
- Cuidar la alimentación: Es conveniente que la última comida del día sea frugal y hacerla un par de horas antes de ir a dormir. Además hay ciertos alimentos que pueden ayudarte a conciliar el sueño.
El descanso no sólo es dormir y estar parado, también se puede aplicar en algunos casos al llamado “descanso activo”, una actividad aeróbica muy ligera que ayuda a la recuperación en vez de cansarte más. Esto se debe a que activa la circulación y facilita la eliminación de toxinas. Otras formas de recuperación son los estiramientos, baños, masajes, alimentación, relajación, etc.
Si entrenas, ha de haber un correcto equilibrio entre carga de entrenamiento y descanso. Ten en cuenta que tu actividad laboral también puede suponer carga y eso se nota en tu rendimiento, siempre has de tenerlo en cuenta.
Una buena costumbre es tomarte las pulsaciones por la mañana, antes de levantarte de la cama. Cualquier incremento de más de un 10% puede significar que la balanza se inclina del lado de la carga y que tu cuerpo necesita descanso.
Los expertos recomiendan que se realice algún tipo de deporte de forma diaria y que se evite el sedentarismo. Si esta práctica la acompañamos de un buen descanso se conseguirá ganar en SALUD Y CALIDAD DE VIDA.
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