Descubre algunos trucos para lograr gestionar un mal entrenamiento.
En ocasiones, incluso a los deportistas amateurs les afecta el hecho de no sacar adelante un entrenamiento tal y como tenían previsto. Es fundamental que el individuo evalúe su rendimiento prestando atención al conjunto de sesiones que ha realizado, puesto que no todos los días nos encontramos en la misma situación.
A continuación, te dejamos algunos consejos que pueden servirte de ayuda.
Claves para gestionar un mal entrenamiento
Estas son las principales claves que debes tener en cuenta para gestionar un mal entrenamiento:
Evalúa cuáles son las posibles causas
Existen factores que pueden influir de forma negativa en nuestro entrenamiento: el clima, la alimentación, el estado de hidratación, un incorrecto descanso, etc.
Cuando finalices el entrenamiento, haz un repaso de todos estos aspectos para detectar el motivo y, de este modo, podrás solventarlo en futuras ocasiones.
Revisa tu cuaderno de entrenamiento
Un cuaderno de entrenamiento es una herramienta fantástica para cualquier deportista. En él podemos anotar los tipos de entrenamientos que hemos llevado a cabo, las sensaciones que hemos experimentado, las metas conseguidas, si hemos percibido cualquier molestia, etc.
En este sentido, te servirá para detectar posibles problemas y también para ser consciente del progreso de tu rendimiento.
Céntrate en lo que ha ido bien: fundamental para gestionar un mal entrenamiento
Tendemos a enfocarnos en lo negativo. Cuando mantenemos un periodo en el que rendimos correctamente y, de repente, una sesión no sale como esperábamos, solemos centrarnos plenamente en ella.
Despeja tu mente. No se trata de que pases por alto lo ocurrido, pero deberías valorar también todos aquellos entrenamientos que has superado con éxito.
No te sometas a tanta presión
Recuerda que el deporte es un momento de disfrute para los deportistas no profesionales. No conviertas las sesiones de entrenamiento en una presión más en tu vida.
Intenta mejorar algunos hábitos
Puede que debas mejorar algunos hábitos de tu día a día. Hazte las siguientes preguntas:
- ¿Presto atención a mi alimentación e hidratación?
- ¿Respeto los días de descanso o estoy sobreentrenando?
- ¿Sufro demasiado estrés?
- ¿Realizo pautas que favorezcan la recuperación (estiramientos, acudir al fisioterapeuta, etc)?
Pide ayuda a un entrenador profesional
¿Ha sido solo un mal día o detectas que llevas una etapa en la que no logras sacar adelante tus entrenamientos con éxito? En el caso de que te encuentres en la primera situación, no deberías darle demasiada importancia. Tal y como hemos mencionado, existen múltiples motivos que pueden hacer que no rindas como deseas.
No obstante, si percibes que has entrado en un bucle del que no puedes salir, es probable que debas realizar algunas modificaciones. Por ejemplo, puede que tu plan de entrenamiento sea demasiado exigente o que no estés prestando atención a la recuperación.
Por ello, la mejor solución es acudir a un entrenador profesional para que evalúe tu situación.
Conclusión
Recuerda que un solo entrenamiento no te define. Puede que no logres superar alguna sesión con éxito debido a diversos factores. La clave está en analizar la situación para detectar el problema y no obsesionarnos con lo ocurrido.
Además, debes percibir la práctica deportiva como un momento de liberación para que no suponga un estrés añadido a tu vida.
Esperamos que te sirvan de ayuda nuestros consejos sobre cómo gestionar un mal entrenamiento. Y tú, ¿añadirías alguno más?
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