Gracias a Internet y a diferentes apps para smartwatch, las personas son capaces de crearse su propia rutina de ejercicios. Entonces, ¿para qué es necesario un entrenador personal? Contar con un profesional tiene sus beneficios. Aquí se recogen algunas de esas ventajas.
Reducir la pérdida de tiempo y mejorar resultados
Todos los entrenadores personales saben que, por lo general, hay dos tipos de personas que acuden al gimnasio. Aquellos que entran, pasan 10 minutos en una máquina y luego se desplazan lentamente hacia otra. El segundo tipo de persona es aquella que tienen un programa establecido y saben exactamente a qué máquina ha de ir y para qué. Esto último es debido a que un entrenador personal ha establecido unas rutinas y le ha brindado las herramientas y planificación adecuada para sacar el máximo partido al tiempo que está en el gimnasio.
Un punto de apoyo
Un entrenador personal va a ayudarte a cumplir con tus objetivos para ponerte en forma. Pero no es en lo único que va a prestar su apoyo, también es necesario preocuparse por los clientes si está estresado, qué tipo de comida están ingiriendo, si se encuentran deprimido, etc. Esto es debido a que el estado anímico también repercute en el rendimiento y en la motivación de la persona a la hora de cumplimentar su plan de entrenamiento.
Plan a medida de los objetivos y estado anímico
Un entrenador personal ha de saber adaptar un plan de entrenamiento a cada uno de sus clientes y hacer que disfruten de ese tiempo que están realizando ejercicio. Además, has de animarlos a hacer aquellos ejercicios que sean mejores para lograr los objetivos marcados. Ten en cuenta que a no todo el mundo le gusta hacer sentadillas.
Por otro lado, los clientes tienen días. A veces no tendrán ganas de entrenar duro. Es por ello, que tener cerca un entrenador personal implica adaptar la rutina al estado de ánimo del cliente y hacer que la sesión sea útil.
Flexibilidad de horario y lugar
Un entrenador personal ha de saber adaptarse a los horarios que disponga su cliente para hacer ejercicio. Este momento puede ser temprano antes de ir a trabajar, al mediodía en el descanso para ir a comer o a la tarde antes de que los niños regresen a casa.
En cuanto al lugar, cabe señalar que no a todo el mundo le gusta acudir a un gimnasio con mucha gente y que tenga que esperar a que quede libre la máquina que ha de utilizar. Pueden solicitarte que vayas a su casa a entrenarlos o ir a un parque.
Reto a superar
Aquellas personas que están aburridas de su rutina de ejercicios encontrarán su mayor motivación en su entrenador personal. Este último será en el encargado de llevarlo al siguiente nivel. Por lo que estará continuamente retando a su cliente a que se supere. A veces, es necesario un par de ojos en el entrenamiento para indicar dónde puede mejorar, qué ha de hacer y en los momentos que ya se da por vencido, animar a que termine con los ejercicios planificados.
Estos son tan solo algunos de los beneficios de tener un entrenador personal. Existen otros como la orientación nutricional o establecimiento de metas realistas a largo plazo, por citar algunos más. En definitiva, se trata de orientar al cliente para que incorpore hábitos saludables en su vida. ¿Te gustaría ayudar a mejorar la vida de las personas que te rodean?
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