En Estados Unidos solo aproximadamente la mitad de los adultos cumplen con las pautas nacionales para realizar ejercicio físico. Estas pautas aconsejan que hay que realizar al menos entre 150 minutos y 300 minutos de ejercicio con intensidad moderada a la semana. Aunque pueden reemplazarse por 75 minutos de intensidad vigorosa de actividad aeróbica. Lo significativo de esto es que solo aproximadamente un quinto cumple con los objetivos combinados de entrenamiento aeróbico y de fuerza. Una de las principales razones es que algunas personas simplemente no lo encuentran agradable.
Cambio de mentalidad
Cambiar su mentalidad puede conducir no solo a aumento en el tiempo de ejercicio, sino también a sentirse bien al hacer ejercicio. Un estudio en la revista Psychology of Sport and Exercise realizó un estudio con mujeres con sobrepeso y su reacción a los entrenamientos con intervalos de alta intensidad de 15 minutos. Este tipo de entrenamiento estaba diseñado para obtener resultados más rápidos en comparación con el ejercicio continuo y de mayor duración.
Los investigadores encontraron que el enfoque lento y constante se cumplió de manera más positiva, y dejó a las participantes deseando realizar otro entrenamiento, en lugar de cansancio o desánimo. En otra prueba, descubrieron que comenzar a un ritmo intenso y reducirse a una intensidad muy baja también era más placentero que al revés.
Otro estudio publicado en el International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity descubrió que existen múltiples factores que entran en juego cuando se trata de desarrollar una afición por el ejercicio, incluido el compromiso mental. Suele ayudar el elegir una actividad en la que se sienta cómodo y confiado. Por ejemplo, si eres un mal nadador, no te sentirás cómodo en una clase donde el ejercicio se realice en el agua. Asimismo, si el usuario del gimnasio siente que se ve mal con ropa deportiva, las clases grupales tampoco funcionarán para él y pronto dejará de acudir al centro de deporte.
Ver el ejercicio desde otra perspectiva
Cambiar la forma de ver el ejercicio también puede ayudar. En lugar de una tarea, hay que considerarlo como una forma de alcanzar otros objetivos, como poder disfrutar de una caminata por la naturaleza sin quedarse sin aliento. Una técnica de la mente sobre la materia es imaginarse disfrutando del ejercicio antes de comenzar a moverse.
Para evitar todo esto, lo mejor es hacer que el usuario se concentre en cada hito que alcance, como poder completar una caminata de dos kilómetros en cada vez menos tiempo, o poder aumentar la tensión en una bicicleta estática. La motivación proviene de lograr alcanzar una meta, por muy simple que sea. Precisamente esta es una de las grandes cualidades que ha de poseer un entrenador profesional. La de ser capaz de encontrar ese sentimiento positivo que anime a una persona a querer seguir haciendo ejercicio.
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1 Comment
entrenador personal
13 marzo, 2020 at 11:46 amMuy buen articulo, para hacer ejercicio si no estas acostumbrado lo primero que tienes que cambiar es la forma de pensar, ya que si lo ves solamente como una obligación te se hará mucho más pesado que si lo haces por ocio, muchas gracias por vuestro trabajo y un saludo!